La larga y exitosa alianza estratégica entre Rotary y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) forjada para mejorar el acceso al agua, el saneamiento y la higiene gestionados de manera segura (WASH, por sus siglas en inglés) ilustra cómo las alianzas entre los sectores público y privado pueden mejorar el impacto en las comunidades a las que servimos y ampliar los servicios y el apoyo más allá de lo que los socios de Rotary podrían proporcionar de manera individual.
La capacidad de aprovechar las fortalezas de todos los aliados es lo que determina si un aliado es el adecuado, afirma Erica Gwynn, responsable del área de interés de agua y saneamiento de Rotary.
«Si se forjan alianzas sólidas», dice Gwynn, «uno más uno no sería dos. El impacto de las alianzas debiera ser multiplicativo, no solo aditivo».
Erica Gwynn, responsable del área de interés de agua y saneamiento de Rotary
Para Rotary, las alianzas aportan beneficios como personal permanente, conocimientos y cimientos que permiten a los socios centrarse en actividades que se benefician de su presencia en terreno.
Garantizar que las personas tengan acceso al agua potable es un gran problema mundial. Alrededor de 2200 millones de personas en todo el mundo carecen de acceso al agua potable, y más de 1000 millones no tienen saneamiento seguro. Las consecuencias son mortales: Las enfermedades causadas por el agua contaminada representan una de cada nueve muertes infantiles, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU.
Los socios de Rotary han trabajado durante décadas con las comunidades y los gobiernos locales para mejorar el acceso al agua potable, el saneamiento y la higiene. Nuestros socios han dedicado más de 25 000 horas de trabajo voluntario, aportando sus conocimientos y liderazgo a la construcción de sistemas de agua y saneamiento, reforzando la supervisión y ayudando a las comunidades a adoptar prácticas saludables.
Sin embargo, los socios de Rotary también reconocen que las alianzas inteligentes aprovechan los recursos y conocimientos de otros para llegar a más personas y aumentar la probabilidad de que esos efectos resistan el paso del tiempo. Socios como USAID trabajan a nivel nacional, construyendo y fortaleciendo sistemas y políticas de monitoreo. Juntos, ayudan a los gobiernos nacionales y locales a ofrecer servicios de agua, saneamiento e higiene más fuertes y sostenibles.
Ron Denham, socio fundador del Grupo de Acción de Rotary de Agua, Saneamiento e Higiene comprendió esta situación. En el Foro Mundial del Agua de 2006, celebrado en México, se dirigió a USAID, la mayor agencia gubernamental de desarrollo del mundo. USAID podría aportar más conocimientos técnicos, como la recopilación de datos, el monitoreo y el involucramiento de los gobiernos, a las conexiones comunitarias expansivas de los socios de Rotary que son invaluables para ganar la confianza de las personas e implementar el cambio.
«Les dije que una alianza entre Rotary y USAID era lo más natural,» recuerda Denham. «Podríamos hacer maravillas juntos». La idea comenzó a tomar forma. Rotary llevaba mucho tiempo comprometido con la salud comunitaria y USAID tenía más conocimientos técnicos, financiamiento e infraestructura. Dos años después, Rotary y USAID oficializaron la alianza.
Desde entonces, las organizaciones han comprometido millones de dólares, unos 18 millones de dólares para 2025, para ayudar a más de 450 000 personas a acceder a servicios más sostenibles de agua potable, saneamiento e higiene. Cuando finaliza la financiación de un programa, los socios de Rotary siguen colaborando con todos los involucrados para garantizar el mantenimiento de los servicios de agua y saneamiento.
También siguen construyendo alianzas que centran las necesidades de las comunidades y sus residentes.
Ese espíritu e iniciativa es precisamente la razón por la que Rotary es un aliado ideal, señala Ryan Mahoney, asesor de agua, saneamiento e higiene de USAID. «La mayor ventaja ha sido la energía de los voluntarios [rotarios] para visitar los proyectos y comprometerse con las comunidades locales de forma continuada, mientras abogan ante las autoridades de los países sede», agrega Mahoney. «Pocas organizaciones pueden aportar el mismo nivel de alcance y cobertura».
Es la influencia de los socios de Rotary, su capacidad para movilizar todo tipo de recursos públicos y privados, su presencia local y su compromiso con sus comunidades, y su capacidad para construir alianzas creativas lo que hace posible crear y ampliar ese tipo de relación.
John Hewko, secretario general y director general de Rotary, ha pasado más de una década observando el crecimiento de la alianza entre Rotary y USAID y entiende por qué sigue teniendo éxito. «USAID tiene misiones en la mayoría de los países», dice Hewko, «pero no están tan arraigadas en las comunidades como Rotary. Es por eso que este tipo de alianza es tan valiosa. Cada uno aporta habilidades y talentos únicos».
Los socios tienen aptitudes y talentos, incluida la capacidad de defender a las comunidades y sus necesidades y de movilizar a los miembros de la comunidad para que asuman como propios los servicios adquiridos, participen en ellos y supervisen su funcionamiento.
«Es posible que los rotarios no tengan recursos a la escala y el alcance de USAID», apunta Theophilus Mensah, gerente del programa de Rotary en Ghana. «Pero nuestra voz es igualmente valiosa. En todas las alianzas, asegúrate de saber lo que aportas y lo que ganarás.»
Una de las lecciones más importantes de la alianza entre Rotary y USAID se deriva de la iniciativa de Denham de iniciar la conversación lo antes posible y con seriedad. Es fácil hablar, pero no es tan fácil escuchar y evaluar realmente cómo un posible aliado puede encajar y amplificar el trabajo en el que uno ya está involucrado. Como dice Denham: «asegúrate de que mantienes un diálogo auténtico desde el principio. Eso significa escucharse unos a otros».